Sebastián Francisco de Miranda, quien luego usó sólo el segundo nombre, nació en Caracas,Fue el primero de los 9 hijos Miranda Ravelo el 28 de Marzo de 1750.
I.- Infancia y juventud
Cuando nació Sebastián Francisco de Miranda, el 28 de marzo de 1750, (hijo de Don Sebastián de Miranda y Ravelo, canario, llegado en su temprana juventud a Venezuela, y Francisca Antonia Rodríguez Espinosa, caraqueña hija de caraqueños), su ciudad natal, estaba muy lejos de ser una ciudad pequeña y tranquila medio aislada del mundo. En plena era colonial, la población bullía dividida desde muchos puntos de vista, no sólo el racial, sino hasta por la procedencia. Así entre los blancos los había peninsulares, blancos criollos y blancos "de orilla".Los peninsulares eran los nativos de la península Ibérica, orgullosos y vanidosos que se creían blancos puros nada más que por razones de ubicación geográfica, siendo la realidad que los españoles eran y son un pueblo mestizo, crisol mezcla de muchísimas sangres decantado a lo largo de no mucho tiempo. Eso sí, enemigos del trabajo. Los blancos criollos eran los hijos de los peninsulares nacidos en nuestra América y aunque el régimen colonial no les permitía acceder a grandes cargos políticos (que se reservaban para los peninsulares), eran ricos pues heredaron de sus padres el fruto de la explotación inmisericorde de la riqueza de América y entre nosotros de la explotación agrícola con los indígenas y los negros actuando como esclavos en el cultivo del cacao, café, añil y otros productos. Como era de esperarse, tampoco los criollos eran afectos al trabajo, pues las herencias de sus padres les libraba de tal necesidad. Es más, consideraban la riqueza proveniente del trabajo como algo deshonroso, algo que necesitaban quienes no tenían estirpe. Los blancos "de orilla" eran los canarios provenientes, como su nombre lo indica, del archipiélago africano de Las Canarias. Eran tratados como gentes de segunda categoría y, por haber venido después de la dominación de nuestro país, carecían de los "títulos nobiliarios" obtenidos durante la dominación de América, por tanto, no tenían nada qué heredar, por lo que debían trabajar, lo que permitió a muchos de ellos llegar a la abundancia.Precisamente ese fue el caso de Don Sebastián, quien era un acaudalado comerciante, que por sus "servicios al Rey" había recibido el título de Capitán de Milicias, más honorífico que militar, pero una distinción al fin y al cabo. Esa riqueza le permitió a su hijo caraqueño no poco del disfrute de sus viajes sin preocupaciones económicas, al menos en las primeras etapas de su estancia en Europa.El hecho de ser "blanco de orilla" no permitía abrigar esperanzas a los Miranda sobre el futuro de Francisco en Venezuela. Así, en 1771, partió para España, entrado, irónicamente, por el puerto de Cádiz, donde le esperaba un corresponsal cliente de Don Sebastián quien proveyó los gastos de estadía en España producto de las ganancias netas producidas por la exportación de cacao. En marzo de ese año llegó a la ciudad de Madrid. Durante todo ese tiempo se dedicó a cultivarse, a aprender francés y matemáticas y a recorrer palacios y museos. Pasó más de un año en este proceso de asimilación de la "madre patria" y en noviembre de 1772 hizo su primera solicitud de ingreso al ejército de España, con el título de Coronel y además adquirió el título de Conde de Miranda (al menos pagó el precio). En esa época cambia su nombre de Sebastián Francisco por el de Francisco a secas, pues un hermano menor del mismo nombre, Francisco Antonio, había fallecido en Caracas.
Se casó con Sarah Andrews y tuvo dos hijos Leandro, nacido en 1803 y Francisco nacido en 1805.